Pues bien, nos acercamos al final de este Experimento de la Prosperidad. Kate quiere agradecerte todo tu empeño, participación, y sobre todo la cantidad de bendiciones generadas durante este tiempo. Cada bendición fue recibida por el mundo entero. Ayudaste a hacer de este mundo un lugar mejor. ¡Gracias! Haciendo una evaluación, viendo al (tu nombre) de hace 3 meses y al de ahora, ¿qué descubres en esta nueva persona que eres? ¿Qué ha cambiado en tu vida? ¿Te sientes más próspero, abundante, bendecido? Este no es el final, es el comienzo de una nueva, próspera y abundante vida. No dejes en el olvido todo lo que aquí aprendiste. Revísalo, practícalo, aplícalo a tu vida diaria. Te comparto una anécdota de Osho, quien recibió a los recién llegados a su ashram, con las siguientes palabras (un 11 de octubre hace 30 años):
“Saludo al Buda que hay en ti. Puede que no seas consciente de ello, puede que ni siquiera lo hayas soñado, pero eres perfecto y nadie puede ser otra cosa. El estado del Buda es el centro exacto de tu ser, no es algo que tiene que suceder en el futuro, ya ha sucedido. Pero estás profundamente dormido, no sabes quien eres. No es que tengas que convertirte en alguien, únicamente tienes que reconocerlo, tienes que volver a tu propia fuente, tienes que mirar dentro de ti mismo.
Permite que tu corazón sepa que eres perfecto. Ya sé que puede parecer presuntuoso, puede parecer hipotético, no puedes confiar en ello plenamente. Es natural. Lo comprendo. Pero permite que esa idea se deposite en ti como una semilla, y en torno a ese hecho comenzarán a suceder muchas cosas y podrás comprender algunas otras. Con esa visión en la mente; que eres perfecto, que eres un Buda floreciendo, nada falta, todo está listo, sólo hay que poner las cosas en el orden correcto. Lo único que necesitas es un poco más de conciencia. El tesoro está ahí, tienes que traer una pequeña lámpara contigo. Una vez que la oscuridad desaparezca, dejarás de ser un mendigo, serás un Buda. Serás un soberano, un emperador. Todo el reino es para ti, sólo tienes que reclamarlo. Pero claro, no puedes reclamarlo si crees que eres un mendigo. No puedes reclamarlo, no puedes ni siquiera soñar con reclamarlo, si te sientes un mendigo. Esta idea de que eres un mendigo, de que eres ignorante, de que eres un pecador, ha sido publicada a través de los tiempos, se ha convertido en una profunda hipnosis en ti. Esta hipnosis debe ser desbaratada. Y es justamente para romperla que comienzo con este saludo: Saludo al Buda que hay en ti.”
Mañana finalmente haremos entrega del dinero que hemos estado ahorrando todo este tiempo.
¿Recuerdas lo que hicimos el día 59?
Te colocaste en el futuro, en el día 90. El Futuro ya está aquí; mañana es el día 90. El Día 59 nos decía:
“Después de haber estado fielmente colocando tu suma de dinero en tu contenedor durante 90 días, ahora tienes el dinero disponible para regalarlo a alguien que se beneficiará con tu regalo. Así es que ahora, simplemente permite que tu mente te dé la imagen de quien debe ser el receptor. No trates de forzar una imagen de quien creas que es el receptor “perfecto”, simplemente relájate y deja que llegue una imagen a tu mente. En este momento no necesitas saber un nombre, un lugar, ni un tiempo. Simplemente necesitas imaginarte dando tu regalo a la persona a quien le debe de llegar. E imagina, también, que todos los involucrados en el proceso se benefician.
Una vez que tengas esta imagen en tu mente y que te sientas bien con ella, expresa tu agradecimiento de que el receptor perfecto para tu regalo viene ahora a ti.”
Se te pidió que por el resto del Experimento de la Prosperidad, cada día mientras colocabas tu dinero en el contenedor, una vez más revisitaras la imagen que creaste en tu mente del perfecto receptor que viene hacia ti a aceptar su regalo, y que entonces expresaras tu agradecimiento, soltando la imagen a Dios.
Recuerda que al principio se te dijo que el dinero era para alguien que imaginaras que lo necesitaba. Ahora ha llegado el momento entregarlo, y tú debes de saber ya quien es el receptor. Mañana, después de haber leído la última lectura, procederás a entregar tu regalo. Espera las instrucciones…¡mañana!
La Acción del Día:
Lee nuevamente tu Plan de Negocio para la Prosperidad y las once cosas de tu lista de agradecimientos.
Toma un momento para pararte firmemente con un brazo alzado hacia el cielo, el puño firme como si te estuvieras agarrando de la mano de Dios. Ahora, ya sea verbal o mentalmente repite "Con Dios como mi Testigo, hoy SOY poderoso, hoy SOY valiente, hoy SOY fuerte, hoy ESTOY libre de miedos, hoy PROSPERO. Y VIVO cada momento de este día abrazando mi verdadera naturaleza, SIENDO la persona que estoy destinada a ser. De hoy en adelante, esta es mi verdad." Repite las palabras con la mayor emoción y sentimiento posible, dedicándole cuando menos un minuto a imaginar cada aspecto de tu vida como lo quieres.
Coloca tu cuota de dinero del día de hoy en tu contenedor y lee la afirmación que está en el contenedor tres veces. Espera recibir algo en regreso.
Bendice a todos los que están a tu alrededor, incluyendo a los otros participantes en este experimento. Imagina como aquellos a quienes bendices prosperan y se rodean del bien. Entonces bendícete a ti mismo e imagina lo mismo. Tus bendiciones están haciendo una diferencia.
Manda una pequeña nota a quien desees, expresando tu agradecimiento y deseándoles bendiciones y que todo lo mejor les suceda.
El Pensamiento del Día: El agradecimiento y el amor, y la alineación con la Fuente, son necesarios para “dar”, ya que en el dolor y la lucha no tienes nada para dar. Lo que vives es la réplica exacta de la vibración de tus patrones de pensamiento—siempre estás recibiendo la esencia de lo que estás dando. Abraham Por Esther y Jerry Hicks La Afirmación del Día: “Siempre recibo lo que Doy.”
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