Para introducir la segunda Ley Estratosférica del Éxito, la Ley de la Compensación, José, el personaje principal en Dar para Recibir, es llevado a conocer a Nicole, la joven, inteligente Directora General de una empresa de software educacional.
Durante su conversación inicial, José le pregunta si, en las etapas tempranas del desarrollo de su empresa, ella se preocupaba de que alguien le fuera a robar sus ideas. Nicole le responde que esto nunca cruzó su mente, pero que algo más la preocupó:
"...Tenía miedo de que todo se saliera de control y de que me convirtiera realmente en alguien exitoso," Nicole le admitió a José. "Me criaron con la creencia de que hay dos tipos de gente en el mundo. Hay la gente que se enriquece, y hay la gente que hace el bien. Mi sistema decía que puedes ser de un tipo o del otro. No puedes ser de ambos.
"La gente que era rica lo hacía tomando ventaja de los demás. La gente que en realidad se preocupaba por los demás y que ofrecía servicios – policías, enfermeras, voluntarios y, por supuesto, maestros –esos eran los buenos en el mundo, y ellos nunca podrían ser ricos. Sería una contradicción. Cuando menos, crecí con esa creencia."
Cuando José le preguntó que qué pasó para cambiar su forma de pensar, Nicole agregó:
"Miré lo duro que trabajaban mis compañeros, vi la cantidad de vidas de niños que estábamos cambiando. Y entendí que mi vieja creencia solo se estaba interponiendo en mi camino. No estaba funcionando. Así es que decidí cambiarla."
"¿Solo decidiste?" preguntó José.
"Sí. Lo decidí."
"Así es que, ¿puedes hacerlo así nada más?" dijo José.
"Cualquiera puede," ella sonrió notando la mirada dudosa de José, "¿Has inventado alguna vez un cuento?" José miró alrededor de la sala de juegos/juntas. Recordó sus días del kínder y se rió. "Claro que sí. Muchos."
"Tu vida funciona de la misma manera," le dijo ella. "La inventas. Ser rico o ser pobre son decisiones que tomas. Tú las inventas, aquí adentro." Dijo ella tocándose la sien con un dedo. "Lo demás es el resultado."
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Quería compartirles esta conversación entre José y Nicole, porque si son como la mayoría de la gente, puede ser que estén teniendo una conversación igual con ustedes ahora mismo. Y puede ser que comiencen a darse cuenta que es hora de tomar una nueva decisión.
Aunque el Experimento de la Prosperidad nunca se ha tratado del dinero, como tal, sería tonto pensar que no es un componente necesario de nuestra prosperidad en general. Podemos hacer más para ayudarnos y para ayudar a los que están a nuestro alrededor cuando tenemos un flujo abundante de dinero en nuestras vidas. Así de sencillo. La pobreza del mundo nunca se eliminará con más pobreza. Se eliminará con riqueza y con una extraordinaria consciencia acerca de la riqueza. Es la única forma de acabar con ella.
La Ley de la Compensación dice que nuestro ingreso está determinado por el número de personas que servimos y qué tan bien las servimos. Si encuentras la forma de impactar a millones de vidas, y estás abierto a permitir que el dinero fluya en tu vida, es muy, muy probable que tu ingreso se incrementará en proporción directa con el número de vidas que impactas. Esto no significa que tu impacto te proporcionará felicidad, seguridad o paz mental.
Podrías, por ejemplo, encontrar la forma de crear una nueva arma de guerra para aniquilar a millones de personas. Puede ser que ganes mucho dinero con tu creación, pero es posible que pases una vida entera sin poder dormir en paz por haberla creado.
Sin embargo, si puedes encontrar la manera positiva de impactar a millones de personas y estás abierto a dejar que el dinero entre en tu vida, es muy probable que además de que el dinero fluya en proporción directa al número de personas que impactes de manera positiva, tu sentido de felicidad, seguridad y paz mental también se incrementará.
¿Notas la diferencia entre el impacto y el impacto positivo?
Pero el tener un impacto positivo por si solo no significa que el dinero te hará feliz. El dinero no hace feliz a nadie. Nunca lo ha hecho. Eso es porque la felicidad es un trabajo interno. Es un trabajo interno que se desarrolla, en parte, con la forma en la que te conectas con el mundo a tu alrededor.
Es por esto que las bendiciones son una parte tan importante de este experimento. Cuando bendices a los demás, te sientes mejor tú porque has dado algo de ti. Entre más bendigas a la gente, más serás bendecido tú, porque te sientes mejor. Entre mejor te sientas, te sientes más feliz. Y aunque el dinero no te hará feliz, fluirá más fácilmente cuando estés feliz.
Esto es, fluirá hacia ti, a menos de que sientas rechazo hacia el. Si como Nicole, tienes un miedo inicial al éxito debido a ideas retorcidas acerca de la riqueza o crees que tener dinero es malo, tendrás dificultades para atraer el dinero hasta que cambies de parecer.
Y aunque creas que estás feliz, mientras mantengas este sentimiento juicioso acerca del dinero, mantendrás tus sentimientos de felicidad algo alejados. Como una pequeña mancha de tinta en una hoja blanca de papel, hasta el más pequeño juicio mantendrá a la felicidad alejada. Siempre habrá esta sensación de que algo falta. Lo que falta es la conciencia total de la abundancia en tu vida.
Si crees que el dinero es malo, sucio o problemático, o si crees que toda la gente rica en el mundo son avaros que le roban a los pobres, o algo similar, es muy probable que la riqueza se mantendrá muy alejada de ti. Nada quiere estar donde no es bienvenida.
Sin embargo, si utilizas el dinero como una forma para intercambiar energías, fluirá hacia ti.
Como ejemplo, miremos brevemente la vida de la Madre Teresa.
Mucha gente cree que la Madre Teresa era pobre. Pero la riqueza y la pobreza no se miden por la cantidad de dinero en tu cuenta bancaria, sino por el acceso o falta de acceso que tienes a lo que necesitas en tu vida para vivirla como quieres.
En su vida, la Madre Teresa directa o indirectamente impactó de manera positiva a millones, quizá a miles de millones de vidas. La Madre Teresa, por estándares mundiales, no era rica y el dinero nunca fue la motivación de su trabajo. Sin embargo, la Madre Teresa sabía que para ayudar a los pobres, necesitaba dinero. Así es que no odiaba el dinero. Lo veía como una útil herramienta para su trabajo diario. No era la finalidad de su trabajo, pero era un componente necesario.
Basado en lo que has aprendido hasta ahora en el experimento, si te detienes a pensarlo por un minuto, te darás cuenta de que habría sido imposible para ella obtener el dinero que necesitaba para ayudar a los pobres si hubiera pensado en su interior que los ricos valían menos que los pobres, o que el dinero es malo. La Madre Teresa pudo no haber sido rica, pero era, sin duda, próspera. Y utilizaba su prosperidad para hacer una diferencia en el mundo.
Debido a su deseo de tocar millones de vidas con su amor y su ejemplo, el dinero fluía libremente hacia ella por parte de los que la respetaban y apreciaban su trabajo y querían ayudarla. Si no hubiera amado y respetado a los que le daban, nunca habría podido atraer el dinero que necesitaba para su trabajo.
Una mente próspera no es la que solo piensa en dinero. Es una que entiende que el dinero es un medio necesario de intercambio. Los ricos no son ni mejores ni peores que cualquier otro. Simplemente aceptan dejar que el flujo de dinero entre en sus vidas. Entienden que este es un universo abundante, y aceptan la abundancia a su alrededor. Y eso hace la diferencia en cómo viven sus vidas.
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Hoy, pregúntate qué creencias limitantes mantienes alrededor del dinero y de los que lo poseen.
Escribe esas creencias como lleguen a tu mente en un pedazo de papel, arruga el papel, y colócalo en una superficie a prueba de fuego, y asegúrate de que el área esté bien ventilada. Entonces incinera el papel con un cerillo o un encendedor y mira cómo se quema. Nota a medida que el humo sube y luego se desvanece en la atmósfera, llevándose tus creencias a la nada. Mira como el papel se convierte en ceniza. Mientras observas la transformación de papel a ceniza, piensa que las creencias escritas en el papel están siendo transformadas también. Mentalmente has una bendición y suelta las creencias limitantes que hayas escrito y mira como desaparecen.
Has dejado ir tus creencias limitantes. En el futuro, si te sientes limitado de alguna manera o te das cuenta que alguna creencia aun está presente, entonces usa el TLE para soltar.
La Acción del Día:
Lee tu Plan de Negocio para la Prosperidad y las once cosas de tu lista de agradecimientos.
Toma un momento para pararte firmemente con un brazo alzado hacia el cielo, el puño firme como si te estuvieras agarrando de la mano de Dios. Ahora, ya sea verbal o mentalmente repite "Con Dios como mi Testigo…
Coloca tu cuota de dinero del día de hoy en tu contenedor y lee la afirmación que está en el contenedor tres veces. Espera recibir algo en regreso.
Bendice a todos los que están a tu alrededor, incluyendo a los otros participantes en este experimento. Imagina como aquellos a quienes bendices prosperan y se rodean del bien. Entonces bendícete a ti mismo e imagina lo mismo. Puedes continuar bendiciendo a la persona o personas en tu lista de bendiciones. Lee todas las bendiciones que veas en redes sociales. Tus bendiciones están haciendo una diferencia. El leerlas te dará la oportunidad de verlo por ti mismo.
El Pensamiento del Día:
"Si queremos que se escuche un mensaje de amor, tiene que ser emitido. Para mantener una lámpara de aceite encendida, hay que seguir poniéndole aceite." -Madre Teresa-
La Afirmación del Día:
"Permito que la abundancia fluya en mi vida y a través de ella"
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