Al principio del Experimento de la Prosperidad te pedí que comenzaras a colocar dinero en un contenedor cada día con la idea de regalarlo cuando llegáramos al día 90. En ese momento, no te dije quien sería el receptor de ese dinero. Hoy ha llegado el momento de revelarte esta información.
Pero antes quiero regresarte un poco en el tiempo. ¿Recuerdas la historia acerca del hombre que paseaba a su perro a quien se le acercó un mendigo? Si lo recuerdas, puede ser que también recuerdes que más adelante en la misma historia, cuando el hombre se dio cuenta de que el mendigo había usado el dinero imprudentemente, se enojó y decidió que nunca más daría dinero. (Si no lo recuerdas, fue en el día 12)
En la historia, el hombre descubrió, como todos debemos hacerlo, que cuando dejamos de dar a los demás, somos nosotros los que sufrimos. Esto es porque el dar es tan necesario para que podamos vivir una vida completa y balanceada así como el exhalar una respiración es importante para poder inhalar. Hay un flujo y un reflujo inherente en todo en la vida. Cuando nos negamos alguna parte de este proceso de dar y recibir, nos salimos del flujo natural y nos alejamos de nuestro propio bienestar, así como el sostener la respiración no solo nos evita exhalar, sino que nos evita respirar por completo.
En la historia contada anteriormente, después de mucho sufrimiento, el hombre que se había negado a dar a los demás, eventualmente se dio cuenta de su error y utilizó el poder de su imaginación para reconstruir el escenario en su mente. Al hacerlo, mentalmente creó un resultado benéfico para todos los involucrados.
Y eso es lo que te estoy invitando a hacer hoy. Me gustaría que pusieras tu imaginación a trabajar. En tu mente, colócate en el futuro, a un poco más de treinta días del día de hoy. Después de haber estado fielmente colocando tu suma de dinero en tu contenedor durante 90 días, ahora tienes el dinero disponible para regalarlo a alguien que se beneficiará con tu regalo. Así es que ahora, simplemente permite que tu mente te dé la imagen de quien debe ser el receptor. No trates de forzar una imagen de quien creas que es el receptor “perfecto”, simplemente relájate y deja que llegue una imagen a tu mente. En este momento no necesitas saber un nombre, un lugar, ni un tiempo. Simplemente necesitas imaginarte dando tu regalo a la persona a quien le debe de llegar. E imagina, también, que todos los involucrados en el proceso se benefician.
Una vez que tengas esta imagen en tu mente y que te sientas bien con ella, expresa tu agradecimiento de que el receptor perfecto para tu regalo viene ahora a ti. Y por el resto del Experimento de la Prosperidad, cada día mientras colocas tu dinero en el contenedor, una vez más revisita la imagen que creaste en tu mente del perfecto receptor que viene hacia ti a aceptar su regalo. Entonces expresa tu agradecimiento, y suelta la imagen a Dios.
No trates de controlarla. No busques para ver si puedes “encontrar” al receptor viniendo hacia ti. No le adjuntes una lista de cualidades que el receptor deba primero tener. No quieres cargar a la imagen cosas que “deba tener”. Sólo relájate y recuerda que lo que te imaginaste ahora es realidad y en el Orden Divino, Tiempo Divino y Propósito Divino te será revelado. Recuerda que al principio te dije que el dinero era para alguien que imaginaras que lo necesitaba. Ahora ha llegado el momento de la Gran Revelación, y solo TÚ puedes imaginar quien será.
Diviértete con este proceso. Como te sugerí en el mensaje de ayer, no pienses en dar el dinero, piensa que ya lo diste. Piensa en cómo te sientes por haber bendecido a alguien. Piensa en el bien que se ha hecho. Piensa en lo mejor para el receptor, también, y en tu mente, mira al receptor con poder gracias a tu regalo para que el o ella devuelva el favor haciendo algo por otra persona.
Y mientras lo haces, comenzarás a sentir un giro ocurriendo suavemente. Ese eres tú regresando a tu centro. Una vez más, estás completamente entrando en el flujo y el reflujo de la vida.
Disfrútalo.
La Acción del Día:
Lee tu Plan de Negocio para la Prosperidad y las once cosas de tu lista de agradecimientos.
Toma un momento para pararte firmemente con un brazo alzado hacia el cielo, el puño firme como si te estuvieras agarrando de la mano de Dios. Ahora, ya sea verbal o mentalmente repite "Con Dios como mi Testigo…
Coloca tu cuota de dinero del día de hoy en tu contenedor y lee la afirmación que está en el contenedor tres veces. Espera recibir algo en regreso.
Bendice a todos los que están a tu alrededor, incluyendo a los otros participantes en este experimento. Imagina como aquellos a quienes bendices prosperan y se rodean del bien. Entonces bendícete a ti mismo e imagina lo mismo. Puedes continuar bendiciendo a la persona o personas en tu lista de bendiciones. Lee todas las bendiciones que veas en las redes sociales. Tus bendiciones están haciendo una diferencia. El leerlas te dará la oportunidad de verlo por ti mismo.
El Pensamiento del Día: "El dar nos libera del conocido terreno de nuestras propias necesidades, abriendo nuestra mente a mundos inexplicados ocupados por las necesidades de otros." -Barbara Bush-
La Afirmación del Día: "Soy parte del flujo y reflujo natural de la vida."
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